Los trastornos temporomandibulares (TTM) afectan a un gran porcentaje de la población y pueden causar dolor y molestias importantes. Comprender las causas de los TTM es crucial para prevenir y tratar estas dolencias.
En este artículo explicaremos las causas más frecuentes de los TTM y daremos consejos para evitar que se desarrolle o empeore. Tanto si experimentas síntomas leves como graves, este artículo te proporcionará información valiosa sobre cómo tratar tu articulación temporomandibular (ATM) y mejorar tu calidad de vida.
¿Qué son los TTM ?
Los trastornos de la articulación temporomandibular (TTM) afectan a millones de personas en todo el mundo. La articulación temporomandibular es la responsable del movimiento de la mandíbula, lo que nos permite masticar, hablar, tragar… Su disfunción puede provocar diversos síntomas, como dolor orofacial, dificultad o dolor al masticar, dolor de oídos y sensibilidad en la mandíbula. Estos síntomas pueden variar de leves a graves, y afectar significativamente a la capacidad para realizar las actividades cotidianas.
La causa de este problema puede variar, como rechinar los dientes, maloclusión o traumatismo en la cara, los trastornos degenerativos de las articulaciones u otras afecciones médicas. Independientemente de la causa, los TTM pueden provocar afecciones dolorosas y debilitantes que afectan a la calidad de vida.
Si crees que puedes tener TTM es importante que recibas atención sanitaria. Tu fisioterapeuta especialista en ATM, médico o dentista puede evaluar tus síntomas y sugerir tratamientos adecuados. Según la gravedad, los tratamientos pueden incluir medicación, fisioterapia o, en casos extremos, cirugía. Además, los cambios en el estilo de vida, como las técnicas de relajación y reducción del estrés o la toma de consciencia corporal, pueden ayudar a controlar los síntomas.
Para prevenir la aparición de los TTM es esencial mantener una buena higiene bucal, evitar rechinar o apretar los dientes y tratar los problemas dentales con prontitud. Con estas medidas, puedes reducir el riesgo de desarrollar TTM y otros problemas de salud bucodental.
Síntomas de los TTM
Los TTMs, o trastornos de la articulación temporomandibular, tienen como síntomas más frecuentes:
– Dolor en la mandíbula, en uno o ambos lados, que dificulta comer o hablar.
– Dolor alrededor de la oreja o un fuerte dolor de oído también son indicios de TTM. Es importante recibir atención médica para establecer un diagnóstico diferencial y poder pautar un tratamiento adecuado.
– Dolor al masticar. Comer ciertos alimentos puede resultar difícil, y se puede sentir dolor en las sienes, las mejillas o el cuello. Es importante identificar el origen del dolor y encontrar una solución adecuada.
– Limitación de la movilidad de la mandíbula, notoria sobre todo al abrir la boca.
Causas de los TTM
– El bruxismo es un factor primordial en la aparición de TTMs. Esta actividad ejerce una tensión excesiva sobre la articulación temporomandibular y los músculos masticatorios, lo que provoca molestias y dolor.
– La maloclusión contribuye con frecuencia a la aparición de TTMs.
– Las alteraciones de la posición meniscal, los traumatismos y la asimetría de la estructura ósea facial también pueden causar TTM.
Los trastornos articulares degenerativos, que pueden deberse al envejecimiento o a la artritis, también pueden provocar TTM. Esto puede hacer que el cartílago de la articulación temporomandibular se erosione, provocando dificultades y dolor al abrir y cerrar la mandíbula. También es importante tener en cuenta que otras afecciones, como el síndrome de fatiga crónica, los trastornos del sueño o la fibromialgia, pueden producir síntomas parecidos a los de los TTM. Para prevenir y controlar las disfunciones temporomandibulares, las personas deben practicar técnicas de relajación para reducir el estrés, abstenerse de mascar chicle y buscar tratamiento de fisioterapia para disminuir síntomas como el dolor.
Diagnóstico de los TTM
Para tratar y controlar adecuadamente la articulación temporomandibular es necesario un diagnóstico preciso. Esto puede ser complejo, ya que numerosas afecciones producen síntomas muy parecidos. Normalmente, el fisio empezará con una exploración física de la mandíbula y las zonas próximas, para detectar cualquier dolor o anomalía. También pueden utilizarse pruebas de imagen, como radiografías y resonancias magnéticas, para ver mejor la articulación y las estructuras que la rodean.
Otro paso esencial en el diagnóstico de los TTM es determinar cualquier afección subyacente o factor contribuyente que pueda estar causando el empeoramiento de los síntomas. Esto puede incluir desalineación dental, bruxismo o lesiones en la mandíbula o la cara. Si se tratan estas causas de raíz, es posible aliviar los síntomas de las disfunciones temporomandibulares y evitar que la articulación sufra más daños.
Es fundamental tener en cuenta que los TTM pueden diagnosticarse erróneamente o pasarse por alto, sobre todo si los síntomas son leves o intermitentes. Por este motivo, es importante que busques ayuda profesional si sufres algún dolor o molestia en la mandíbula o en las zonas circundantes. No des por sentado que tus síntomas son normales o que desaparecerán por sí solos. El diagnóstico y la intervención temprana pueden marcar una diferencia considerable en el resultado del tratamiento de la ATM.
Por último, es esencial encontrar un profesional sanitario con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de la ATM, como un fisioterapeuta especializado en el ámbito maxilofacial. Podrá ofrecerte un plan de tratamiento a medida que satisfaga tus necesidades y objetivos particulares. Ten en cuenta que un diagnóstico precoz y preciso es fundamental para tratar eficazmente la ATM y evitar una mayor destrucción de la articulación. Las causas más comunes de los TTM y cómo prevenirlos.
Tratamientos para la ATM
Cuando se trata de aliviar los trastornos temporomandibulares, existen multitud de opciones dependiendo de la gravedad de la afección. En los casos leves, las técnicas de autocuidado, como aplicar compresas frías o calientes en la zona afectada, hacer ejercicios específicos y emplear técnicas de relajación como el yoga o la meditación, pueden ayudar a reducir los síntomas.
En los casos más graves, puede ser esencial el tratamiento profesional sanitario. Un especialista dental puede utilizar férulas o protectores bucales para evitar el desgaste dental o mejorar la mordida. La fisioterapia también puede disminuir los síntomas al fortalecer o relajar los músculos que controlan el movimiento de la mandíbula. En determinados casos, pueden prescribirse inyecciones de corticosteroides, ácido hialurónico o incluso cirugía, aunque estas opciones suelen reservarse para casos extremos en los que otros tratamientos no han tenido éxito.
Prevenir los TTM
Preservar la salud de tu ATM es de gran importancia para esquivar la angustia y agonía que puede causar esta afección. Es aconsejable evitar apretar o rechinar los dientes, sobre todo en momentos de estrés o mientras duermes.
Cuidar la postura también es esencial para prevenir los TTM. Una mala postura puede sobrecargar los músculos del cuello y la mandíbula, lo que aumentaría los síntomas producidos por las disfunciones temporomandibulares. Mantener una buena postura mientras estás sentado o de pie disminuirá esta tensión, ayudando así a evitar dichas disfunciones.
Si tienes síntomas de TTM o corres el riesgo de desarrollar esta afección, es esencial que busques ayuda profesional. El fisioterapeuta podrá orientarte sobre la prevención de los TTM y puede proponerte tratamientos con técnicas como la inhibición muscular, el fortalecimiento o la toma de consciencia corporal, para aliviar los síntomas y evitar daños mayores en la articulación y los músculos de la mandíbula.
En conclusión, comprender las causas, los síntomas y los tratamientos de los trastornos temporomandibulares es esencial para mantener una buena salud en la esfera cráneo-cérvico-mandibular. Aunque hay varios factores que pueden provocar un trastorno temporomandibular, como rechinar los dientes o la maloclusión, también hay medidas preventivas que pueden adoptarse para reducir el riesgo de desarrollar esta afección.
El tratamiento de fisioterapia y las técnicas para reducir el estrés pueden contribuir a tener una mandíbula sana y sin dolor. Conociendo los signos y buscando un diagnóstico y tratamiento precoces, podrás evitar las molestias y limitaciones asociadas a los trastornos temporomandibulares y disfrutar de una mejor calidad de vida.